M amá hoy ha hecho sus famosos canelones con bonito. A veces me quedo mirándola mientras cocina, creo ser capaz de hacer que el tiempo pase a cámara lenta. Quiero memorizar cada movimiento, cada mancha en su delantal, la forma en la que se frota el rostro con el dorso de la mano para evitar mancharse. Mi familia dice que me parezco a ella, que tenemos los mismos ojos, la misma nariz, la misma sonrisa. Cuando la observo trato de ver esos pequeños detalles y luego me quedo mirándome en el espejo de mi cuarto. Trato de verla en mí, pero no lo consigo. ¡Ella es tan bonita! Lo veo en cómo a mi padre le brillan los ojos cuando la mira, en cómo la miran al pasar en la calle. Lo sé, lo sé tanto como sé que no hay nada de mí en ella. Hoy llega mi hermano mayor, ha estado este semestre de Erasmus en Italia. Desde que se fue lo echo mucho de menos. Suele venir un fin de semana al mes cuando está en la Universidad, pero extraño verle cada día al volver del cole. Solía envidiarle cuando le veía