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Mostrando entradas de abril, 2016

BRISA HELADA

Clara se miró al espejo. Observó a la persona que la estaba mirando desde el otro lado. No la reconocía. Ojos hinchados y enrojecidos, rímel corrido, surcos que dibujaban su sufrimiento bajo la atenta mirada de su reflejo. Sin embargo, transcurridos unos minutos, su mirada cambió. Apenas imperceptible, la mujer del espejo le devolvía ahora una sonrisa. No una sonrisa irónica, tampoco una sonrisa teñida de rabia. Era una sonrisa de fuerza, de resolución. Abrió el cajón de su mesilla y sacó las tijeras que guardaba bajo los viejos calcetines de deporte, esos que utilizaba para ir al monte con su familia, con su tía. Sujetó con dos dedos un mechón de su hermoso pelo negro y en tan solo un microsegundo los cabellos, ahora separados de los demás, cayeron al suelo esparcidos por la alfombra de la habitación. Siguió el proceso hasta que ya no quedó ningún mechón que cortar. Recogió los cabellos del suelo con mucho cuidado y los metió en una bolsa de plástico. No tardó demasiado en sali