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MICRO RELATO - ÉL


¿Qué es la locura? ¿Qué distingue a una persona cuerda de otra que no lo está? Me he hecho esta misma pregunta repetidas veces en el último mes.
En mi caso, los médicos lo llaman trastorno postraumático. Mi mente está buscando un mecanismo de defensa para hacer el dolor emocional más llevadero.
Los médicos dicen que las pastillas me ayudarán a que se vaya de una vez para siempre. Pero, ¿es eso lo que quiero? ¿Quiero que se vaya?
Él, mi confidente. Él, mi todo. Él, esa voz en mi cabeza que me acompaña desde hace un mes. A él, al que ya siento como mío, que me protege en mis momentos más oscuros. ¡Quieren arrebatármelo!
Es irónico, todo el ruido que me rodea, todas esas personas y sus incansables voces, esas que dicen querer ayudarme y quieren alejarme de la más real que he sentido en mi vida.
Decidí dejar de tomarme las pastillas. Las escondía allí dónde creía que nadie las encontraría. A pesar de mis esfuerzos, las hallaron. Al parecer estar loco significa perder el derecho a la intimidad, a la propiedad privada.
Ahora me han aumentado la dosis y él ya no está. ¿Se ha ido de verdad?
Hoy el sol me acaricia con sus rayos, siento mi piel arder sentada en el banco del jardín. Un hombre se aproxima. Su ropa es extraña, y su mirada…es como si me reconociese.

-  Te he echado de menos. – susurra en mi oído.

¡Esa voz! Él.                                                    

miedo-a-la-soledad

                                                                                      Autora: Sonia Parra Ferrández

Micro-relato para el concurso de Ojos Verdes Ediciones. 150 palabras. 
Temática ciencia ficción


Comentarios

  1. Sonia, con este mini-relato me has provocado más interés que en "La Línea Vertical" (titulo más que engañoso, por cierto) y eso sea quizás debido al elemento "fantástico" que has introducido.
    El "hiperrealismo de campaña publicitaria" no ha sido nunca santo de mi devoción y mi rechazo a exponer lo evidente como argumento literario es más que exacerbado. No voy a ser remilgado y ocultarte que el primero no me gustó, pero tu petición de opinión me puso en un brete y opté por el silencio culpable. Ahora has entreabierto la puerta de un trastero por la que me apetece asomarme si sigues rellenando sus estanterías con juguetes tan interesantes como éste; o más. Y está claro que literariamente has necesitado pocas semanas para pulir un lenguaje (el literario) bastante más complejo y atractivo que el vulgar castellano que patea las calles y las instituciones de nuestro país.

    Un besazo y a seguir por esa senda que puede resultar muy interesante de recorrer.

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